JUEGO TERMINADO PAUL
El final del profeta mundialero, me lo comí y no lo recomiendo, muy extraño para mi paladar, sabores a los que no estoy acostumbrada. Es el mismo rechazo que tenemos con las personas extrañas, se mastican pero no se tragan, si nuestros pensamientos fueran más abiertos a lo mejor comeríamos ratas, Guacala, no voy a comparar la discriminación social con la comida, no es la mejor alternativa, pero nunca sabremos cuando estaremos en los zapatos de otros algún día, aceptemos a los pulpos brillantes con sabor amargo, como a los diversos estilos que se ven caminando. Si un pulpo tiene la percepción de adivinar, como no vamos hacer capaces de tener nuestra propia identidad.
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